Para
hacer una enseñanza
Elaborar
una enseñanza formal de La Palabra de Dios requiere como fundamento primordial
una relación con Dios. Leer las escrituras cada día es uno de los requisitos
fundamentales para familiarizarnos con el vocabulario y los eventos históricos
y cronológicos en la Biblia.
Las
disciplinas y/o técnicas que hayamos desarrollado o aprendido en nuestra
formación educacional son definitivamente herramientas de gran beneficio que
podemos usar en un estudio concienzudo de Las Escrituras. Apoyarnos solo en
nuestras habilidades naturales, y/o técnicas de estudio, dejando a Dios de
lado, es lo que ha traído un gran alejamiento de la sabiduría de Dios y del
verdadero mensaje que Él quiere dar a la Iglesia.
Solo Dios
sabe los corazones y Él es el mejor consejero para saber qué enseñar de acuerdo
a cada situación y público. Las siguientes son solo algunas prácticas que
me han ayudado a desarrollar confianza en el estudio y enseñanza de las
Escrituras, y no pretenden de ninguna forma suprimir o neutralizar la absoluta
autoridad de Dios en el tema.
Como primer paso —Para enseñar La Palabra de Dios
necesitamos recibir el Ministerio de Reconciliación y La Palabra de
Reconciliación. Esto lo recibimos el día que renacimos, y no fue algo que
pedimos, vino incluido en el paquete junto con las manifestaciones del
espíritu.
Segundo —Hacernos de la idea que es nuestra
responsabilidad enseñar La Palabra de Dios a toda persona, y comienza con el
ejemplo de vida. La gente va a leer las escrituras primero en nosotros antes
que del libro.
Tercero —Hablar mucho en lenguas para recibir la
información reciente y viva del Padre.
Preparándome
®
Oro a Dios para que me de entendimiento cuando
leo Su Palabra.
®
Elijo un tema
de acuerdo a mi propio interés y/o la necesidad de la Iglesia, Dios me puede
decir cuál tema sería conveniente. El tema puede ser algo que ahora mismo está
pasando en mi vida, así se enseña mejor.
®
Leo versículos
relacionados con el tema y anoto aquellas referencias que me hacen entender.
®
Medito una y
otra vez en esos versículos, teniendo conciencia de Dios todo el tiempo,
esperando recibir información adicional de parte de Dios.
®
Uso
diccionarios, enciclopedias, léxicos, concordancias, diferentes versiones de la
Biblia, etc. El Internet suele ser una buena herramienta, pero ten cuidado de filtrar
toda información con Dios y Su Palabra (Las Escrituras/Biblia).
®
Recopilo toda
la información. Escribo las ideas que Dios me esté mostrando, las referencias
bíblicas, la información que esté obteniendo de los materiales colaterales.
®
Practico lo
que estoy aprendiendo o estudiando.
Estructura de la Enseñanza
®
Introducción: Una buena enseñanza
comienza con el título de la misma acompañada con una introducción, o lo que me
motivó a hacerla. Muchas veces es un testimonio o inquietud personal o una
apreciación de la necesidad en la vida de otras personas.
®
Cuerpo de
la enseñanza:
a)
Versículos
claves: El versículo o versículos que han sido claves en mi estudio.
b)
Ejemplos
de vida: Una excelente técnica es citar eventos verídicos que
acompañan el tema de la enseñanza, testimonios.
c)
Antiguo y
Nuevo Testamento: Documentar los sucesos
anteriores para reafirmar los presentes es una excelente práctica en una
enseñanza.
d)
Mensaje
practico: No debe ser puramente intelectual y aburrido, ver el
lado practico de lo que estoy enseñando.
e) Conclusión: Muchas veces es
regresar al principio de mi enseñanza y resumir en pocas palabras el propósito de la misma.
Enseñando
®
Dios es el
que inspira como presentar la enseñanza.
a)
Presentar la enseñanza amena, no cayendo en lo
emocional únicamente.
b)
Mira a todo el público, no te concentres en una
sola persona. Una buena práctica es mirar arriba de la frente de cada uno.
c)
No te dejes distraer por las expresiones de las
personas. Sigue enseñando como Dios te ha inspirado.
d)
Maneja niveles de tu voz, no ser monótono.
e)
Usa tus manos sin exagerar para enfatizar
expresiones.
Esto es solo algo que te podrá ayudar en la preparación, elaboración y
presentación de La Palabra de Dios. Por supuesto que esto deja de cumplir su
propósito cuando ya has desarrollado una relación con tu Padre y es Él el que
te muestra cómo hacerlo. Eso es el propósito de esta guía, depender de Dios.
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