domingo, 15 de septiembre de 2019


Para hacer una enseñanza

Elaborar una enseñanza formal de La Palabra de Dios requiere como fundamento primordial una relación con Dios. Leer las escrituras cada día es uno de los requisitos fundamentales para familiarizarnos con el vocabulario y los eventos históricos y cronológicos en la Biblia.
Las disciplinas y/o técnicas que hayamos desarrollado o aprendido en nuestra formación educacional son definitivamente herramientas de gran beneficio que podemos usar en un estudio concienzudo de Las Escrituras. Apoyarnos solo en nuestras habilidades naturales, y/o técnicas de estudio, dejando a Dios de lado, es lo que ha traído un gran alejamiento de la sabiduría de Dios y del verdadero mensaje que Él quiere dar a la Iglesia.

Solo Dios sabe los corazones y Él es el mejor consejero para saber qué enseñar de acuerdo a cada situación y público.  Las siguientes son solo algunas prácticas que me han ayudado a desarrollar confianza en el estudio y enseñanza de las Escrituras, y no pretenden de ninguna forma suprimir o neutralizar la absoluta autoridad de Dios en el tema.

Como primer paso —Para enseñar La Palabra de Dios necesitamos recibir el Ministerio de Reconciliación y La Palabra de Reconciliación. Esto lo recibimos el día que renacimos, y no fue algo que pedimos, vino incluido en el paquete junto con las manifestaciones del espíritu.

Segundo —Hacernos de la idea que es nuestra responsabilidad enseñar La Palabra de Dios a toda persona, y comienza con el ejemplo de vida. La gente va a leer las escrituras primero en nosotros antes que del libro.

Tercero —Hablar mucho en lenguas para recibir la información reciente y viva del Padre.

Preparándome

®      Oro a Dios para que me de entendimiento cuando leo Su Palabra.

®      Elijo un tema de acuerdo a mi propio interés y/o la necesidad de la Iglesia, Dios me puede decir cuál tema sería conveniente. El tema puede ser algo que ahora mismo está pasando en mi vida, así se enseña mejor.
 
®      Leo versículos relacionados con el tema y anoto aquellas referencias que me hacen entender.

®      Medito una y otra vez en esos versículos, teniendo conciencia de Dios todo el tiempo, esperando recibir información adicional de parte de Dios.

®      Uso diccionarios, enciclopedias, léxicos, concordancias, diferentes versiones de la Biblia, etc. El Internet suele ser una buena herramienta, pero ten cuidado de filtrar toda información con Dios y Su Palabra (Las Escrituras/Biblia).

®      Recopilo toda la información. Escribo las ideas que Dios me esté mostrando, las referencias bíblicas, la información que esté obteniendo de los materiales colaterales.

®      Practico lo que estoy aprendiendo o estudiando.


Estructura de la Enseñanza

®    Introducción: Una buena enseñanza comienza con el título de la misma acompañada con una introducción, o lo que me motivó a hacerla. Muchas veces es un testimonio o inquietud personal o una apreciación de la necesidad en la vida de otras personas.

®    Cuerpo de la enseñanza:

a)      Versículos claves: El versículo o versículos que han sido claves en mi estudio.
b)     Ejemplos de vida: Una excelente técnica es citar eventos verídicos que acompañan el tema de la enseñanza, testimonios.
c)      Antiguo y Nuevo Testamento: Documentar los sucesos  anteriores para reafirmar los presentes es una excelente práctica en una enseñanza.
d)     Mensaje practico: No debe ser puramente intelectual y aburrido, ver el lado practico de lo que estoy enseñando.
e)      Conclusión: Muchas veces es regresar al principio de mi enseñanza y resumir en pocas palabras el propósito de la misma.


Enseñando

®    Dios es el que inspira como presentar la enseñanza.

a)      Presentar la enseñanza amena, no cayendo en lo emocional únicamente.
b)     Mira a todo el público, no te concentres en una sola persona. Una buena práctica es mirar arriba de la frente de cada uno.
c)      No te dejes distraer por las expresiones de las personas. Sigue enseñando como Dios te ha inspirado.
d)     Maneja niveles de tu voz, no ser monótono.
e)      Usa tus manos sin exagerar para enfatizar expresiones.


Esto es solo algo que te podrá ayudar en la preparación, elaboración y presentación de La Palabra de Dios. Por supuesto que esto deja de cumplir su propósito cuando ya has desarrollado una relación con tu Padre y es Él el que te muestra cómo hacerlo. Eso es el propósito de esta guía, depender de Dios.

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